Recibe este nombre el conjunto de acciones y procesos de modelado condicionados por la presencia de rocas carbonatadas, fundamentalmente calizas, que, siendo solubles bajo determinadas condiciones, dan lugar a morfologías y paisajes peculiares. Es por tanto un tipo de modelado condicionado por la presencia de un tipo determinado de roca, la caliza, y la disponibilidad de agua líquida, más o menos cargada de dióxido de carbono disuelto, lo que limita el desarrollo de relieves kársticos a regiones intertropicales y templadas. Este paisaje toma su nombre de la región de Karst, en Croacia. La erosión por disolución del carbonato cálcico avanza tanto desde la superficie como desde el interior gracias a la infiltración de agua a través de grietas, fisuras y cavidades de disolución. Por ello se habla de formas exokársticas y formas endokársticas, y es también lo que hace que externamente los karsts sean paisajes muy áridos, pues toda el agua se infiltra. | ||
Las formas exokársticas más simples son las huellas de disolución en forma de oquedades y, sobre todo, de canalillos visibles en la superficie de las rocas calcáreas. Reciben el nombre de lapiaces y pueden mostrar tamaños centimétricos, como los de las calizas de la sierra de Cazorla (Jaén) de la foto, o formar canales más profundos en la superficie de la roca.
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La disolución superficial puede ser muy profunda y alcanzar gran desarrollo, dando origen a terrenos muy accidentados, como la superficie de este acantilado calcáreo de Guadamía en Asturias.
Algunas calizas afectadas por procesos de disolución, que aparecen perforadas por multitud de cavidades, reciben el nombre de caliza oquerosa, muy utilizada en jardinería con fines ornamentales (ejemplo). Ésta es de la zona de Las Torcas de Los Palancares en Cuenca.
Es frecuente la presencia en superficie de aberturas que comunican con las cavidades endokársticas, en forma de simas, pozos, cavernas..., que además de servir como sumideros o puntos de infiltración de agua hacia el endokarst, suponen cierto riesgo por la posibilidad de caídas. Esta abertura es una de las muchas que salpican el cerro de Calamorro en Benalmádena (Málaga).
En las regiones kársticas encontramos cañones de paredes muy escarpadas o verticales, incluso extraplomadas, gracias a la compacidad de la roca caliza y al desgaste que la humedad basal ejerce sobre el pie de la pared. Estos cañones con frecuencia son ciegos, terminan en fondo de saco, donde una surgencia o un sumidero dan nacimiento a una corriente fluvial o la hacen desaparecer, respectivamente. El de la fotografía se llama Hoz de Beteta (Cuenca) y por su fondo corre el río Guadiela.
El hundimiento de cavidades internas se manifiesta al exterior en forma de torcas (a veces llamadas “dolinas en pozo”
Además del hundimiento de cavidades internas, también se forman depresiones superficiales por disolución desde la superficie hacia el interior del complejo kárstico, generalmente a favor del punto de intersección de dos diaclasas. Estas depresiones se denominan dolinas , por su forma ya que sus paredes no son escarpadas como en el caso de las torcas. El fondo de estas formaciones suele quedar relleno por arcillas de descalcificación que pueden servir como tierra de labor.
Las dolinas pueden contener agua si su fondo se encuentra bajo el nivel freático, formando lagunas que suelen tener forma circular o ligeramente ovalada. Estas son algunas de las lagunas de Cañada del Hoyo, en Cuenca. | ||
Otras rocas solubles pueden dar origen a formaciones kársticas similares a las que aparecen en rocas carbonatadas, aunque son menos frecuentes. Así ocurre con los yesos, en los que se pueden desarrollar sistemas de cavidades y galerías, como ocurre en Sorbas (Almería).
Algunas de las cavidades internas de los macizos kársticos tienen una situación y un tamaño que permiten su acceso desde el exterior (cuevas, cavernas, diversos tipos de conductos), haciendo que las formaciones endokársticas estén entre las más conocidas por el público, como las estalactitas y estalagmitas, formas de depósito o calizas travertínicas que se forman por precipitación del carbonato cálcico disuelto en el agua de infiltración (techo de la cueva de Benidoleig, en Valencia).
Las estalactitas se forman lentamente a medida que el agua portadora de carbonato gotea a lo largo de la estalactita y precipita ese carbonato haciéndola crecer. En su extremo es posible ver las gotas de agua y, por tanto, asistir al proceso de formación, aunque, por su ritmo, no sea evidente.
El goteo procedente de las estalactitas también deposita carbonato cálcico bajo ella haciendo crecer una estalagmita desde el piso de la cavidad hacia arriba. Ambas formaciones pueden llegar a unirse formando una columna. La columna de la fotografía de la izquierda aparece de color negro por depósito de óxidos de manganeso. La presencia de otras sustancias minerales puede colorear de forma muy variada los depósitos que encontramos en las cavernas. | ||
Además de estalactitas y estalagmitas, las morfologías que se pueden encontrar en las cavidades kársticas son virtualmente infinitas, aunque abundan las que toman forma de cascada por donde ha escurrido el agua que deposita el carbonato. El color verdoso se debe al crecimiento de algas inducido por la iluminación artificial de esta cueva (Benidoleig)
La continua ampliación de las cavidades del karst interno por evacuación de lo erosionado conduce a hundimientos que exhuman cavidades y conductos. Las aguas que circulan a través de los conductos del karst también transportan material detrítico procedente tanto de las impurezas insolubles contenidas en la caliza (en general arcillas, llamadas de descalcificación) como de fragmentos de la propia caliza. Algunos de estos conductos aparecen al descubierto cuando el karst se desmantela. En el caso de la foto de la izquierda, el conducto quedó relleno de material fragmentario que permite apreciar la ordenación por tamaño (granoselección) entre la base y la parte superior. La regla recuadrada mide 17 cm (proximidades de Aína en Albacete).
Las imágenes que siguen a este párrafo pertenecen al paraje conocido como "ruiniforme de Tamajón", situado en las cercanías de esta localidad alcarreña. En algunas de ellas podemos apreciar conductos exhumados.
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