Modelado fluvial
Forma de paisaje
originado por la acción de las aguas de los cauces de la red de
drenaje de una cuenca fluvial, que erosionan, transportan y depositan
sedimentos. El término ‘río’ se emplea como convención, el modelado fluvial
afecta a todos los canales de drenaje, cualquiera que sea su tamaño, desde los
más pequeños arroyuelos hasta los ríos más caudalosos del mundo.
Acción
fluvial
Los
principales factores responsables de la formación y evolución de los ríos y
su modelado son la erosión, el acarreo de sedimentos y la deposición. Los
ríos pueden modificar el paisaje, puesto que la energía potencial del
agua se transforma, en su recorrido descendente, en energía cinética responsable de la erosión, el
transporte y la deposición.
La
cantidad de energía potencial que dispone un río es proporcional a su altitud
inicial sobre el nivel del mar. Con el fin de minimizar la conversión de
energía potencial en energía térmica (o calor) como consecuencia de la fricción
y, por tanto, aumentar la energía cinética, el río sigue el curso que menos
resistencia presente. Incluso así, se estima que el 95% de la energía potencial
de un río se usa para salvar la fricción, que tiene lugar, de forma especial,
en el lecho y en los márgenes del cauce, aunque también es importante la fricción
interna del agua y la resistencia del aire sobre la superficie.
Hay dos
tipos principales de flujos: laminar y turbulento.
Flujo
Laminar: el
primero es un movimiento horizontal, en el que las aguas fluyen en capas muy
definidas sobre los sedimentos del lecho, sin arrastrarlos. Se considera que la
corriente laminar es más teórica que real en los ríos.
Flujo
turbulento: que es
predominante, consiste en una serie de erráticos remolinos verticales y
horizontales que se desplazan río abajo. Las turbulencias varían en relación
directa con la velocidad de la corriente, que, a su vez, depende de
la cantidad de energía cinética existente. Cuanto mayor sea la energía
cinética, mayor será la velocidad (y viceversa) y la turbulencia de la
corriente.
La
erosión es el proceso por el cual los ríos ensanchan y alargan su cauce.
Existen diversos tipos de erosión.
La acción
hidráulica se produce cuando la energía del flujo de agua que choca con los
márgenes y el lecho del río es suficiente para separar fragmentos rocosos. Esta
fuerza hidráulica desintegradora tiene su origen al introducirse el agua en las
grietas de lecho rocoso. El aire que hay en ellas se comprime y aumenta la presión.
Con el tiempo, se debilita la roca y se van desprendiendo fragmentos.
Además de actuar sobre el lecho rocoso del río, las aguas pueden erosionar
elementos previamente desgajados que se depositan en la base de las laderas
fluviales después de ser arrancadas de las rocas —acumulaciones denominadas
canchales o coluviones— mediante procesos de meteorización como la gelivación,
la cristalización de la sal o la acción de plantas y animales.
Este proceso se denomina aporte de sedimentos.
La
efectividad de la corriente como agente erosivo queda aumentada por el efecto
del choque de los sedimentos disueltos en el agua contra el lecho rocoso del
canal, fenómeno denominado corrosión. Éste es responsable en gran parte de
la entalladura que crea y ahonda el cauce y es muy importante en épocas de
inundaciones.
Transporte
La
corriente transporta el material erosionado río abajo, acompañado de los
sedimentos arrastrados al cauce por las escorrentías —el flujo que surca la
superficie, cuando el suelo ya no puede absorber más el agua de las
precipitaciones—. Todo este material recibe el nombre de carga fluvial. Se
puede clasificar esta carga fluvial en tres categorías, según su origen.
· Los productos disueltos son los
sedimentos derivados de la corrosión y de la meteorización química.
· Las partículas arrastradas por las
escorrentías constituyen el sedimento lavado, mucho más fino que el del lecho
del cauce.
· El material erosionado de los márgenes
del cauce, de tamaño similar al sedimento del lecho.
La
mecánica y velocidad del desplazamiento de la totalidad de sedimentos y
materiales transportados varía según el tamaño de las partículas.
Deposición
Cuando la
velocidad de la corriente y la erosión disminuyen, el río ya no posee capacidad
para seguir arrastrando su carga, por lo que comienza a depositarla. La
deposición de los materiales se produce por varias causas: algunas están en
relación con alteraciones del cauce; otras son resultado de específicas
condiciones locales. El ensanchamiento del cauce, por lo general en su curso
medio e inferior, es un ejemplo del primer caso. La velocidad también se reduce
en los meandros, en las zonas de menor profundidad o cuando el río desemboca en
el mar o en un lago.
Otras
causas de las deposiciones pueden estar motivadas por un brusco desnivel de la
vertiente, como cascadas, o por un repentino aumento de carga, a causa de un
corrimiento de tierras. Los materiales en hacerlo primero son los más pesados.
Éstos recorren pequeñas distancias, excepto en el caso de importantes
inundaciones. Ésta es la razón por la que los cauces de arroyos montañosos
están a menudo bloqueados por cantos. Los materiales más pequeños arrastrados
del lecho del cauce y los sedimentos más vastos se depositan en zonas próximas
y forman pequeñas barras en el fondo del cauce. Existen tres criterios
principales para su ordenación, atendiendo a su forma, a la orientación
respecto a la corriente y a su posición en el cauce.
Los
sedimentos más finos se desplazan a grandes distancias y, por lo general, se
depositan en brazos estancados y en los bordes interiores del cauce donde
forman ondulaciones (ripples) y estrechos rebordes (bermas). La deposición de
la carga de sedimentosfluviales se denomina aluvión.
Sección y
perfil longitudinal del río.
La
distribución del caudal a lo largo del tiempo y del espacio define el régimen
hidrográfico de un río. El régimen medio, representado por la media mensual del
flujo de agua, viene determinado por variables climáticas e hidrológicas,
de las tasas de evapotranspiración y de las características de la cuenca
de drenaje. La estacionalidad del régimen puede ser simple, esto es, con tan
sólo un periodo álgido de la corriente, o compleja, con diversos momentos
cumbre.
El flujo
de las aguas, junto con la geología subyacente y el tamaño de las
partículas de la carga de transporte, determina el tamaño, forma y longitud del
cauce. Su perfil longitudinal se denomina gradiente del cauce (pendiente), cuya
expresión gráfica es la distancia entre su nacimiento y el nivel de base. Éste
es el punto más bajo en el que un río tiene capacidad de erosión. El perfil de
un cauce es, por lo general, cóncavo y muy pocas veces llano; está formado
habitualmente por segmentos individuales, asociados a la existencia de niveles
de base locales.
El caudal
aumenta río abajo, por lo general, porque la cuenca de drenaje también aumenta
y, por tanto, el volumen de agua que llegan al cauce, a través de afluentes,
arroyadas y aguas subterráneas, es también mayor. Lo mismo sucede con los
sedimentos, cuyo volumen asciende, de forma más notable aún, con la ampliación
de la zona de drenaje. Este aumento del caudal y de la carga de sedimentos
provoca que el cauce crezca río abajo, tanto en profundidad como en anchura. Al
mismo tiempo, la pendiente y aspereza del cauce disminuye a medida que avanza.
El aspecto quebrado sirve para medir el grado de fricción, que origina una
pérdida de energía de la corriente. La principal causa de este aspecto es la
desigualdad de las márgenes del cauce, incluido el tamaño y forma de los
depósitos de sedimentos, pero existen otros factores que contribuyen, como la
presencia de meandros y vegetación.
A medida
que desciende el río, el cauce se suaviza, ya que la erosión pule las márgenes
y el lecho del río, y las partículas más finas depositadas en el curso inferior
del río (consecuencia de la distribución hidráulica de los sedimentos) ofrecen
menos resistencia que los cantos rodados y otros materiales rocosos depositados
en el curso superior. En ese primer tramo, no sólo el canal es abrupto, sino
que el caudal es menor. Como resultado, las vertientes necesitan ser más
escarpadas para generar la energía necesaria para que el río siga su curso. La
cantidad de energía cinética disponible está en relación no sólo a los niveles
de fricción y a la velocidad de la corriente, sino también a la masa de agua.
Al tiempo que desaparece el aspecto agreste del río y el caudal aumenta, esta
energía es más eficaz y la vertiente se hace cada vez más suave.
Las
investigaciones, establecieron, por primera vez, que se pueden predecir los cambios río abajo en
las dimensiones y geometría de la sección del cauce, a través de ecuaciones que
reflejan la anchura, la profundidad y la velocidad media como resultado del
caudal, de la carga fluvial y de la resistencia a la erosión del lecho y de las
márgenes. Los trabajos de Leopold mostraron: por un lado, que, en la mayoría de
los ríos, la disminución del relieve agreste compensa la reducción del
gradiente del cauce, de tal modo que la energía cinética es mayor; y, por otro,
que la velocidad media más que descender, como se podría pensar, aumenta, muy
ligeramente en realidad, entre la cabecera del río y el curso inferior.
no se ve nada
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